Entre el sadismo y el masoquismo siempre me he inclinado por el primero.
Sí, siento ese placersillo al ver a los demás sufrir, decir ciertas frases o rematar algún comentario que deje un silencio incomodo tras de si. Nunca con el afán de ofender, simple placer culposo.

El masoquismo... ese, es arte aparte.
He de decir que lo admiro, me parece increíble, antinatural y más común de lo que se piensa.
Ese placer de repetir una y otra vez la rola que te desgarra el alma, buscar diligentemente la frase exacta que te haga sentir que el mundo se parte en dos, favorecer los encuentros innecesarios, beber en contra de cualquier instinto de supervivencia, comer hasta el punto de querer vomitar, repetirte una y otra vez aquella escena, pasar horas remarcando aquel momento, negándote la oportunidad de dejar que las cosas pasen; En síntesis, dejar que el dolor nos invada y se apodere de nosotros por el placer de sentirlo.

Para todo aquel que no conozca el sentimiento de masoquismo (porque sí, he decido elevarlo a nivel de sentimiento y quitarle su etiqueta de desviación sexual) he aquí un sencillo manual para que no se prive de ese pequeño deleite:

Ingredientes:
Rallador de metal
Harta sal
Limón
Público (amigos, parientes, etc)
Opcional: ácido sulfúrico


Paso 1: Busque entre sus utensilios de cocina aquel rallador de metal maldito que siempre le arranca un pedazo cuando ralla el queso.

Paso 2: Proceda a rallarse los brazos con dedicación y esmero (sugerencia: relizarse en lugares faciles de lavar, tales como el baño)

Paso 3: Espolvorear la sal abundantemente en la herida abierta.

Paso 4: Tome el rallador por segunda ocasión y asegurése de llegar más profundo que anteriormente

Paso 5: Exprima el limón generosamente hasta cubrir toda el área, es probable que en este punto pierda la conciencia, no le dé importancia, "gajes del oficio".
Repetir pasos del 1 al 5 para mayor placer. Acompañe de amigos, vecinos, seres queridos y ¿porqué no? desconocidos, recuerde que no es lo mismo si lo hace en privado, la experiencia no estaría completa.

Nota: para todo aquel veterano del dolor, al finalizar la segunda ronda de limón agregue unas cuantas gotas del ácido sulfúrico para darle un toque sofisticado de profunda agonía.

He aquí mi servicio a la comunidad para todo aquel que se ha negado la delicia del masoquismo.

¿Y en qué estaba?
Ah si!... septima ronda por favor y de nuevo a la Lila, pero subalé esta vez....

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